sábado, 21 de enero de 2012

Hoy Sierra Salinas



Dejo unas fotos de la mañana de hoy. Al final Agustín y yo pudimos coronar el mirador de la sierra de Salinas. En total 54 kilómetros que no esta mal. Dejo la crónica de la jornada para el grueso del pelotón. Un saludo.

Crónica del grueso del pelotón (o sea, yo, Chirlaque, con 88 kg).
Por el camino de Abanilla, con un frío negro, que diría un manchego, 12 liebres llegamos al camino de la parte baja de la sierra tomándolo a mano izquierda. Llegados a la Fuente del Lobo tomamos la pista de subida hasta la casa que hay al principio, donde tomamos unos metros el camino de la izquierda para, de inmediato, cruzando una puerta verde, entrar en un camino realmente agradable que entre la densa vegetación recorre en un continuo sube y baja esa umbría de la sierra hasta enlazar con la subida asfaltada de las colonias de Villena.
Tras reagruparnos y dar ánimos a dos colegas que subían la cuesta, volvemos a la carga para alcanzar el almacén y casa forestal de esta parte del monte. Nada más pasarlos dejamos el asfalto por la pista de la izquierda que nos vamo adentrando en la sierra hasta llegar al Barranco de Cabrillas que llevaremos todo el rato a nuestra derecha.
Tras un recorrido ameno y con la dureza justa llegamos al final de la pista y tomamos el almuerzo.
Al final de la pista.
Habiendo llegado a 1025 metros decicimos ir a ver el mar, para lo cual tomamos el sendero que sale a nuestra izquierda, que no es ciclable en su tramo central por la pendiente, pero que en un momento nos lleva a la cresta de la sierra, donde disfrutamos las magníficas vistas. Y sí, el mar brillaba al fondo, dorado por el sol. Todo un espectáculo.
El mar, al fondo.
Animados por el entorno y por la cercanía de la Cañada del Enebral (300 metros decía alguno) nos ecaminamos por la cresta de la sierra siguiendo el sendero, ciclable en muy pocos tramos. Al final, tras casi un kilómetro a pie alcanzamos la senda que desciede la Cañada del Enebral hasta la Cueva del Lagrimal.
Desde el fondo de la cueva del lagrimal.
 Pero ha merecido la pena. Desde aquí hemos realizado el descenso directo hasta el camino de la parte baja de la sierra, pasando por la Cueva del Lagrimal y la senda que recorre su barranco, con tramos de gran belleza, realmente espectaculares y otros de una dificultad extrema que han dado más de un susto a los intrépidos lepóridos.
Como bien dice Diego, una jornada de las que se recuerdan con el tiempo. Una mañana estupenda, con la mejor compañía y un recorrido de gran belleza que se sale de las rutas habituales por la sierra.

1 comentario :

Diego dijo...

Magnifico recorrido, muy variado, bonito y en una buena parte nuevo para la mayoría de las liebres que lo hicimos. Me gustaron hasta esos 300 o quizás 1000 metros ciclables al 3,5% que anduvimos por el cordal de la sierra. Una nueva ruta para repetir. Enhorabuena al artífice de la misma.