sábado, 11 de mayo de 2013

Diez sendas de diez: la Toconera Bike-Park, la senda de Las Virtudes y la Senda de Jumilla.

Sábado 11 de mayo de 2013.
Quince liebres partíamos a las ocho hacia la Toconera. Esta vez por el camino que discurre paralelo a la Rambla Tomate, que ha resultado un recorrido mucho más bonito y ameno que la clásica ruta por la cantera.
La entrada a la zona la realizamos por el collado de la Casa del Estrecho, bajando por la senda (1ª) más técnica de la mañana, con un tramo rocoso para desmontar y algún que otro punto en los que notabas como la senda te escupía hacia el barranco.
Llegamos al camino y tomamos el de la izquierda que se convierte en otra senda (2ª) rápida y fácil en la que soltar la tensión de la bajada anterior.


Llegando a la ermita, otra senda (3ª) se abre a la izquierda. Breve trialera y bajada y subida al barranco y a poco metros un cruce de sendas. Tomamos la de la derecha que nos lleva hasta un campo de fútbol y otras barbacoas. Seguimos la pista principal. Encaramos la subida hacia la caseta verde y nos volvemos a desviar en busca de otro objetivo: 4ª senda, en subida hasta el inicio de la rampas más empinadas (que no las más duras) de la mañana.
Recuento de liebres en el refugio y faltaba Diego. Quedamos en la ermita y bajamos otra senda (5ª), conocida de todos de la Inmortal. Larga, algo técnica y muy divertida.
Otro tramo de enlace por pista y tras unas casas, a la izquierda, senda (6ª) hasta la ermita, con un par de escalones algo más delicados pero nada que impida a las liebres alcanzar su objetivo.
Almuerzo y reagrupamiento en la ermita.
Volvemos a la ruta con un breve tramo de senda (no se cuenta) y entrar en las pistas que llevan a las sendas (7ª) que suben y bajan de la Piedra Agujereada, curioso capricho de la erosión que para nada se merece el trato que cafres y alicantinos le han brindado, convirtiéndola en una especie de abrigo rupestre decorado con spray mangado en la ferretería a cuyo pie se ha formado un vertedero con todo lo que nunca debería dejarse abandonado en el monte. Parece mentira que siga habiendo tanto guarro.
Bajada delicada a la que sigue otra senda (8ª) de las facilonas y disfrutonas que nos deja en el camino de salida de uno de los mejores parajes para éste nuestro negocio de la bici de montaña en la comarca.
Un tramo de enlace, incluyendo varios cientos de metros de asfalto, nos llevan a cruzar la carretera de Villena, que cruzamos para subir a una cata en la ladera del Cabezo de la Virgen de la que parte una rodada oculta por la yerba que da acceso a una sorprendente senda (la 9º), 1800 m  que manteniendo la altura conduce a Las Virtudes, donde llegamos perfectamente depilados por la cerrada vegetación que oculta el sendero.
Un breve paseo por la Vía Verde y llegamos al paraje de la Casa Torreblanca por la que pasamos a un camino que empina y rompe según se acerca al collado, hasta el punto de obligarnos a hacer cien metros de empujing más por lo destrozado que está el camino que por la pendiente en si del mismo.
Llegamos al Barranco de Las Cabras. Divisamos la empinada pista que para nuestro alivio ya no se puede subir porque está dentro de un vallado. Continuamos por la Senda de Jumilla, la décima (que aprendan los madridistas). Un interesante recorrido que nos lleva al Estrecho Pipa por el Cordel del Zaricejo, por un bonito collado al que nada más le sobra la horrorosa cerca metálica que invade y ocupa impunemente la mitad de los 37,5 metros del ancho de la vía pecuaria sin que las autoridades hagan nada por recuperar un bien público usurpado por los intereses de no se sabe quien ni nos importa.
El paraje también está adornado por una puerta metálica que no se cierra nunca porque no se puede  impedir el paso por un vía pecuaria (todo un detalle) y la sucesión de escombros resultantes del traslado de la valla que discurre por la parte izquierda. Tiene delito. Les obligan a retranquear la valla pero les permiten convertir el margen del camino en una escombrera. En Villena, como en todas partes, también se cuecen las mismas habas...
Con todo, el recorrido merece la pena.

Seguimos flipando con la esta primavera. Los campos encendidos de amapolas compiten con el verde intenso de los atochares y las liebres recorremos un camino abandonado que cruza El Patojo, y que por su construcción tuvo que ser importante al conectar la zona con el apeadero del Chicharra de Las Moratillas, donde tomamos la Vía Verde para llegar a Yecla.

Entrando al pueblo decidimos completar nuestra preparación para la II Vuelta al Término de Yecla en BTT realizando un ensayo general de la cerveza final en la terraza de la Estación de Autobuses que ha resultado todo un éxito. Como dice Fran (te hemos puesto falta) eso sí es un "final en alto".
Saludos. Nos vemos el martes.
Track de la ruta: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=4464119

2 comentarios :

Anónimo dijo...

como pasasteis por las virtudes, el mago debió hacer desaparecer a 4 liebres, porque en la foto solo se ven a 10 mas el fotógrafo ¿donde estaban las que faltan?

Francis dijo...

En casa descansando...somos tan rapidas que dejamos atras a los mas "fuertes".....y nos hicimos 50 km. Nos estamos poniendo intratables.