sábado, 9 de noviembre de 2013

Sierra de Salinas ¿Extreme?

Mañanita de un sábado de noviembre, y como sábado que es las liebres no lo perdonan. A las 8 y algo estábamos allí un buen puñado de ciclistas ataviados unos de verano, otros de invierno, otros de entre tiempo. Y es que este caprichoso verano de 2013 al que tanto le costó llegar, ahora le está costando irse, y en su lenta huida nos deja días esplendidos para el BTT como el de hoy.

Hoy tocaba a la Sierra de Salinas, monte emblemático que pertenece a varios municipios, pero que realmente es un patrimonio natural de la humanidad, o de cualquier bicho viviente que ose a pasear por sus caminos, sendas, laderas, valles... y tenga el placer de contemplar desde dentro a este coloso del Altiplano.

Por el camino de Abanilla nos acercamos tranquilamente al Serral, el cual, una vez volteado, nos deja en ciernes la falda de nuestro destino. Iniciamos la subida por la pista de tierra a un ritmo tranquilo y con el pelotón completamente agrupado. Llegados a la pista faldera que da acceso al aula de la naturaleza empiezan las divisiones de fuerza o de prisas, e iniciamos la larga subida por el asfalto. Un grupo se destaca, ¿Los lobos? no, hoy han faltado varios. El resto subimos en pequeñas grupetas tratando de guardar las fuerzas, que todavía queda mucho. Al llegar a la puerta verde que da acceso al barranco de Juan Gil, nos reagrupamos y nos volvemos a dividir, ésta vez entre los que desean subir por el asfalto o por los que preferimos las dureza y belleza (a partes iguales) del barranco de Juan Gil. Arriba en la garita nos juntamos todos de nuevo, y aprovechamos para almorzar y fotografiarnos.




Terminado el refrigerio, algunos se vuelven a casa. Otros continuamos. En nuestro proseguir, el primer capítulo se trataba de encaramarse a la loma cimera de la sierra, ya con una altura considerable sobre el nivel del mar. Recorremos la rocosa senda, técnica en ocasiones, que lleva al pilón de La Capilla, techo de Yecla con sus 1238 metros de altura sobre el nivel del mar. Un mar que se ve al fondo perfecto y precioso. A su vez divisamos gran parte de las sierras de los alrededores, Villena, Sax, El Maigmó, El Cid, Don Pedro, Sierra de Carrascoy, La Pila, Ricote, el Carche. En fin, una delicia poder observar este "Google Earth" real a nuestros pies. Merece la pena llegar al pilón aunque haya que volver por el mismo sitio.

 

Terminado este "ir y venir", continuamos por la senda de los siete cotos. Segunda vez que yo la recorría y, la verdad que la he encontrado mucho más divertida y entretenida que en la anterior ocasión. Eso si, con tramos de bastante vegetación, arbustos y matorrales varios que nos han dejado las piernas y los brazos llenas de recuerdos para este fin de semana. La senda te recuerda porque es así una bici de montaña, para que sirven los frenos de disco, las horquillas de 100 o más, las ruedas gordas.... MTB en estado puro. Muy recomendable. 


Tras la senda, una pista rota y en desuso nos acerca en un descenso vertiginoso hacia el inicio de la subida por el barranco de Juan Gil, para acceder al asfalto por el que se fueron anteriormente nuestros compañeros. Antes hubo que reparar un pinchazo, probablemente de un llantazo, y es que estos Fuera pistas bajan como locos.

En el asfalto, otra vez toca subir para acceder a la zona del mirador, lindera con la bajada del cortafuegos. El cortafuegos de nuevo lo encuentro mucho más divertido y entretenido que las últimas ocasiones en las que lo había bajado. Una senda de bajada realmente espectacular, tranquila y agradable al principio, como la salsa brava de algún bar, va tomando cuerpo. Con tramos técnicos y complicados, otros rápidos, con algún que otro reguero traicionero, hoy muy suelta y pedregosa en algunos sitios. De las mejores bajadas que pueden hacerse en nuestros alrededores, eso si, si tienes la habilidad, la técnica y la sangre fría que tienen algunos para bajarla del tirón, y a que velocidades...



No contentos con nuestro periplo por la zona oeste de la Sierra, improvisamos un alargue de la ruta siguiendo parcialmente el track de la pasada vuelta al término. Es decir pista faldera hasta acceder a la fuente del Lobo. Tomamos el camino  de la puerta verde, teniendo que afrontar algún que otro repecho que, a esta hora ya se atragantaba un poco. Tras esto, acceso a la zona del collado de las colmenas donde reparamos otro pinchazo. Iniciamos la senda de bajada del susodicho collado, también nueva para mi. Seguimos por las faldas del Serratejo pasando por la casa de Cristobal Pérez, siguiendo, como ya dije antes, el camino de la vuelta al Término 2013. La vuelta a casa la realizamos, a petición mía, por el camino de los Torrejones en el que se nos ha echado un poco de aire en contra para realizar la vuelta de esta gran ruta que, a mi me ha resultado algo "extreme".

Gracias a Raúl por el reportaje fotográfico.


Datos de la ruta:

Distancia: 51.4 Km
Tiempo en movimiento: 3:49
Desnivel positivo acumulado: 1.320 mts. (según Google Earth)
Altura máx.: 1.238 mts.


4 comentarios :

JRChirlaque dijo...

Llegar al pilón de la Sierra de Salinas no es ninguna tontería; y menos en bici. Empujar un rato tiene una sobrada recompensa. A las sendas que bajan del vértice solo les falta un ligero recorte para ser de diez. La bajada por el cortafuegos, todo un clásico que no se puede omitir aunque no salir descalabrado sea ya todo un éxito. Un ruta excepcional y una crónica a su altura.
Un solo "pero" que no me voy a callar: que sea la última vez que al llegar al pueblo todo el mundo sale en desbandada sin esperar a los de atrás.

ANDY dijo...

Efectivamente, pisar una cumbre siempre es motivo de celebración y más todavía si vas en buena compañía y montado (o empujando) tu bici. ¡Lástima que falte una foto de grupo en la cumbre!.

Diego dijo...

La salida que hicimos el sábado no suelo afrontarla con muchos ánimos, debido a la dificultad técnica de algunas sendas (algunas bajadas son “ciclismo acrobático” para mí), pero he de reconocer que la Sierra de Salinas tiene algo especial: el esfuerzo de subir hasta la cima, el paisaje que se divisa desde allí, la senda de Siete Cotos todavía semi-virgen…
En cuanto a la pregunta que hace Juanmi en el título, creo que no fue una salida “extrem”, pero sí más dura de la media que solemos realizar. El dolor de piernas al día siguiente pedaleando con la “flaca” cara al viento, me confirmó que el sábado había sido más duro de lo habitual.

Jose dijo...

Estupenda ruta la del sábado me encanto la subida por el barranco de Juan Gil, y las estupendas sendas que hicimos, algunos con bastante precaución por no decir mieditis.
El famoso cortafuegos era la primera vez que lo hacia y me pareció una pasada, pero solo pude hacer un tramo algún día lo haré entero.
Y llevas razón Juan Ramón, hay que esperar aunque solo sea para tomar unas cervezas y comentar la ruta en buena armonía.
Muy buenas fotos Raul y buena crónica Juanmi.