domingo, 6 de abril de 2014

VUELTA A LA SIERRA DE MARIOLA. ¿Alguien da más por nueve euros?

En numerosas ocasiones oí hablar de Mariola y el nacimiento del Vinalopó. Aunque las crónicas del Blog acerca de anteriores visitas en bici por la zona y los relatos de hazañas seteras que se cuentan en ciertos foros micológicos no son, posiblemente, las fuentes de información más objetivas. Ya se sabe que todo el que viene del monte vuelve mintiendo. Da igual si ha estado cazando, pedaleando, buscando caracoles o níscalos: todos, si no es que mienten, por lo menos exageran mucho. Nunca he tenido ocasión de ver por mis ojos los cien conejos y perdices que cazaron mi primo y sus colegas, ni los trescientos pares de caracoles que trajo mi amigo, y porque se tuvo que volver a las once, ni los ochenta kilos de rovellones que sacaron mi amigo de Elda y su mujer en una mañana. Pero hoy he tenido la ocasión de comprobar por mí mismo que, en lo que respecta a este nuestro negocio de la bici de montaña, lo que se decía de Mariola es cierto: es un enclave natural privilegiado, recorrerlo en bici es un placer indescriptible y además está a tiro de piedra de casa.
Puntuales a la cita, seis Liebres seis partimos con destino al lugar de inicio de nuestra ruta en un espacio habilitado para aparcar junto a la carretera  CV-794  entre Bocairente  y Alcoy muy utilizado por los visitantes. 
Salimos por un camino adentrándonos en la Sierra y cruzando los cultivos aledaños donde la incipiente primavera y las lluvias de la pasada semana han creado el escenario prefecto para disfrutar del paisaje, el terreno y el esfuerzo en la mejor compañía. Tras la primera toma de contacto dejamos la pista de subida y perdemos la altura ganada por un camino roto, a tramos senda, rápido, sencillo y a la vez divertido.
Retomamos el camino pasando por diversos rincones y masías. Volvemos a cruzar la carretera y la pendiente sigue aumentando a medida que la subida se adentra en la niebla. Hasta que llegamos a la Cava Arqueada; un enorme pozo de nieve a 1200 metros de altura, la más notable construcción que pudimos encontrar en la Sierra.
Tras el almuerzo y las fotos en el turístico pozo, empieza la bajada siguiendo la pista que pronto abandonamos para recorrer una senda en altura hasta el punto en el que se inicia la subida al Pico Montcabrer. Nosotros tomamos a derecha un sendero, técnico pero no tan agreste como el anterior, que desciende por el barranco "dels paraetes", que finalmente va ganado anchura hasta volver a ser un camino que nos llevará hasta el Collado de la Zapata. Aquí se inicia otra senda en bajada, a tramos rocosa y pronunciada pero asequible para una liebre entrada en años e inconsciente como yo. El enlace nos devuelve a otra pista. Ésta ya nos pondrá en suerte para iniciar el descenso por el Barranco de Cinc: uno de los recorridos más bonitos y espectaculares de la zona, lo que atestigua la gran cantidad de senderistas que subían desde Alcoy, que amablemente sujetaron los perros y nos cedieron el paso; prueba que no todos, sino los menos, se comportan como talibanes, por lo que es injusto generalizar el comportamiento de algunos a todo un colectivo. Lo cual es aplicable también para nosotros los ciclistas. Cuesta muy poco saludar y dar las gracias a quien te cruzas por el monte, y, por supuesto, hay que saber adecuar la velocidad a las circunstancias. Para correr desde la salida hasta la meta, ya inventaron las carreras.
El Barranco de Cinc es una pasada. Encajonado en la montaña, una senda empedrada, con numerosos escalones, lo recorre junto al arroyo. Aunque personalmente me gustaron más los tramos de la senda menos domesticados por la mano del hombre, es un enclave espectacular tanto por el entorno como por el trazado.
Al terminar la senda llegamos a la carretera CV-794, llevando poco más de media ruta y estando en su punto más bajo. No queda más remedio que volver a subir para recuperar la altura perdida para volver, en dirección a Bañeres, al punto de partida. A la izquierda, Alcoy se extiende por debajo de nosotros. La subida carretera se hace pesada con estas bicis de ruedas gordas. Para aliviarnos del sufrimiento abandonamos el asfalto a los dos kilómetros, en el área recreativa de la Hoya de Alcoy, para subir al Monte Castellar por una bonita y dura senda mucho más apropiada para nuestras monturas que el pesado asfalto. Alcanzando un pequeño collado ya no quedan pinos y el terreno es una cresta rocosa de contornos redondeados totalmente desnuda. Uno de esos descensos en los que sabes que nunca vas a perder tracción y que cualquier pendiente, por pronunciada que parezca, se puede superar con éxito.

La carretera vuelve a ser inevitable. Y en los siguientes 12 kilómetros entraremos y saldremos del tráfico en varias ocasiones buscando alternativas que resultaron magníficas con variados caminos y senderos hasta cruzar por última vez para hacer la penúltima senda de la mañana. Esta vez un recorrido, también en subida que se hace dura a estas alturas, atravesando un encinar con el encanto que añade pisar el suelo cubierto de hojas. 

Las últimas subidas por pistas pesan en las piernas. Cuando en el camino aparecen tramos de hormigón, nunca son el anuncio de nada bueno. Finalmente, con mis fuerzas muy justas, se superan las últimas cotas de las lomas de la Font Freda y bajamos, por un empinado y peligroso (por lo rápido) camino hasta la casa de la Gilella, última cadena, puerta o baliza de las incontables que hoy hemos tenido que sortear.
Nos dirigiremos a continuación a buscar el río Vinalopó y su nacimiento en la Font de la Coveta. Un sorprendente rincón. Muy tranquilo y agradable ideal para pasar una mañana con la familia o "rular la mona" que dicen por ahí. Lástima que algunos todavía no se enteran de que por allí no pasan los barrenderos y se empeñan en abandonar la basura a su suerte. Ver una bolsa de basura flotando en las aguas cristalinas que acaban de salir a la luz causa verdadera desolación. Es el país que nos ha tocado vivir.
Para terminar tuvimos la oportunidad, para mi inesperada y sorprendente, de recorrer río arriba, más bien rambla por encima del nacimiento, por una senda que discurre junto al lecho, cruzándolo en varias ocasiones. Una subida pausada, puntualmente técnica muy agradable y divertida para rematar una ruta absolutamente única que, una vez más y no sabría contar cuantas van, debemos a la dedicación e inmejorables relaciones públicas e institucionales de nuestro apreciado Andrés, que además ha cedido las fotos y a quien nunca podremos agradecer lo suficiente que continuamente nos esté empujando a disfrutar de la bici recorriendo la montaña. O de la montaña recorriéndola en bici, que tanto monta, monta tanto.

Acabaré recordando a todos que el futuro de salidas como la que acabo de contar es incierto. La administración se ha empeñado en demonizarnos a quienes circulamos en bici por las sendas en una impúdica demostración de ignorancia y desprecio hacia los ciclistas. Parece que han mandado al Seprona a recaudar al monte y este fin de semana ha habido multas Coto Cuadros. Puede que a la Conserjería de Medio Ambiente se le haya agotado el presupuesto y se dedican a esto en vez de perseguir y sancionar vertederos y cantera ilegales.

Haz esta ruta ahora que puedes. Por nueve euros, gasolina y cerveza incluidas, no encontrarás nada que se le pueda comparar.  Igual el mes que viene es tarde. En cualquier caso no lleves nunca encima en DNI y si te preguntan quien eres dices que no te acuerdas. A muchos, por cosas realmente graves, le ha funcionado.

2 comentarios :

ANDY dijo...

Otra original, sarcástica y reivindicativa crónica de Chir-liebre. Esperemos que el futuro, aunque incierto, no sea tan catastrofista como apunta.

La sierra de Mariola, como siempre, una delicia. La ruta de las que, de verdad, hacen afición.

Todo un placer disfrutar y contribuir al disfrute de la montaña de tan sin igual grupo de liebres.

Aunque la ruta, si no recuerdo mal,fue ayer, ya espero las siguientes... y que dure.

Salva dijo...

Gracias ANDY por el trabajo de búsqueda y montaje de todas estas rutas, y Chir-liebre buena y personal descripción de lo vivido.

La ruta de cuatro estrellas y media, y cerca de casa, perfecta.


Por tu denuncia almorzando allí nos albirtieron de no salir de las pistas principales